INTRODUCCION
Higuera de Vargas con sus 2.200 habitantes, se encuentra situada al suroeste de la provincia de Badajoz, cerca de la frontera portuguesa, de la que durante más de cinco siglos solo la separaban escasos metros.Su distancia a la capital son 56 km, siendo las carreteras de acceso buenas en general.
Enclavada en una zona de tránsito entre los Llanos de Olivenza y las Sierras del Suroeste, a Higuera la encontramos en la falda de la Sierra del Lugar, encajada entre dos riachuelos y con suaves ondulaciones del terreno, que bañan la rivera del Alcarrache por el norte y oeste, y el río Confrente por el sureste.
Al aproximarnos al municipio, lo que más destaca es el Castillo de los Vargas y la Iglesia Parroquial, los dos monumentos más importantes junto al Santuario de Loreto.
Los higuereños son gente abierta, amable, muy ligada al campo, circunstancia que ha estado presente en la construcción del las viviendas, en su forma de vida, en sus fiestas, donde se acoge fenomenalmente al visitante.
Su cercanía al país luso no sólo ha tenido su influencia en la arquitectura, en el habla, sino que muchos higuereños vivían antaño del contrabando.
Cuenta con una naturaleza envidiable, donde sobresalen especialmente las zonas de dehesas de encinas y alcornoques, en las que el bosque mediterráneo alcanza su esplendor, convirtiéndose en una de las áreas adehesadas mejores del planeta, que bien merece una visita.
HISTORIA
La presencia del hombre en esta zona se remonta a épocas prehistóricas, pues aunque en Higuera de Vargas no existen vestigios que lo atestigüen, en poblaciones cercanas podemos encontrar dólmenes y menhires cuyos pobladores vendrían a cazar o incluso a vivir a nuestras tierras.Los restos más antiguos que podemos encontrar en el término de Higuera, seguramente son el castro anterior a la época romana, aún por explorar, de la Encinosa (en la Sierra de Pendón), sin olvidarnos de la existencia de un poblado romano de época tardía en Fariña (Villalgordo) o algunos otros asentamientos, como en la Higuerita (Pez).
Pero la fundación del caserío urbano actual es un incógnita y máxime cuando no existen documentos que atestigüen lo ocurrido. De ahí que existan tres versiones distintas, según los historiadores consultados. Ortiz Thovar atribuye la fundación del asentamiento a Garci Pérez de Vargas hacía 1240, cuando se recuperan estas tierras por parte de Fernando III El Santo a los árabes; por el contrario, Solano de Figueroa la atribuye a un descendiente de aquel, a Alonso Pérez de Vargas en la 2ª mitad del s. XIV, aunque lo que data de esta época es el "Señorío de Higuera de Vargas" (uno de los pocos en vigor de su categoría en España); mientras otros autores y la leyenda popular consideran fundador a Iván de Vargas, a finales del s. XI, que mientras cazaba por estas tierras se le apareció la Virgen, estando descansando a la sombra de una higuera junto a un fuente, quien le encomendó fundar un asentamiento. Lo que si está claro y de ahí el nombre, es que algún noble de la familia Vargas estuvo presente en la fundación de Higuera, así como este árbol.
Higuera de Vargas perteneció al Baylato templario de Jerez de los Caballeros, hasta su desaparición a principios del s. XIV, conservandose aún de esa época la aplicación del Fuero de Baylio.
En Higuera también hubo presencia de judíos, cuestión que se nos muestra en el barrio del Toledillo.
Los higuereños siempre han tenido espíritu aventurero, estando presentes en el Descubrimiento de América, acompañado a los grandes descubridores extremeños, así como en su repoblación posterior.
Durante varios siglos, muchos de los bienes higuereños (Castillo y tierras) pertenecieron al Señorío de los Vargas, donde llegó a existir un Mayorazgo, hasta la Desamortización del siglo XIX, que se liberaron.
Zona fronteriza con Portugal hasta 1801, unas pasaderas de piedras, las "pasaeras", eran paso internacional.
EL CASTILLO
Situado en el centro de la villa, y embutido entre las viviendas, su construcción podría datar del s. XII ó XIII, si bien ningún documento, aditamento o elemento constructivo nos puede dar una idea exacta de su antigüedad. Sobre 1380 pasa a pertenecer a la familia de los Vargas, como parte del Señorío.
De planta cuadrada, con muros anchos de piedra, en las esquinas sus torreones (uno de ellos recuperado hace unos años) son ochavados y rematado con almenas. Su acceso desde la Plaza del Castillo se hace a través de un sencillo vano, coronado con una balconada superior. En su interior predominan las amplias salas en dos plantas con recias bóvedas, que rodean un pequeño patio central.
Al contrario de otras construcciones militares cercanas, el castillo de Higuera llama la atención por su escasa entidad y por situarse en una planicie de fácil acceso, por lo que frecuentemente aparece reflejado como Casa fuerte más que castillo, habiendo sido la residencia habitual del Señor de la Higuera de Vargas durante varios siglos.
Fue testigo de varias escaramuzas a mediados del s. XVII por parte de las tropas portuguesas, que ocuparon el castillo en dos ocasiones durante la Guerra de Restauración Portuguesa, llegando a arrasar el pueblo en 1643, cuando contaba con 400 vecinos.
Por haberse utilizado como corrales para las reses bravas que se lidiaban en la plaza que se abre justo delante del castillo, es comúnmente conocido como "El Coso".
En la actualidad pertenece al Ayuntamiento, que tiene intención de crear en su interior un centro cívico.
De planta cuadrada, con muros anchos de piedra, en las esquinas sus torreones (uno de ellos recuperado hace unos años) son ochavados y rematado con almenas. Su acceso desde la Plaza del Castillo se hace a través de un sencillo vano, coronado con una balconada superior. En su interior predominan las amplias salas en dos plantas con recias bóvedas, que rodean un pequeño patio central.
Al contrario de otras construcciones militares cercanas, el castillo de Higuera llama la atención por su escasa entidad y por situarse en una planicie de fácil acceso, por lo que frecuentemente aparece reflejado como Casa fuerte más que castillo, habiendo sido la residencia habitual del Señor de la Higuera de Vargas durante varios siglos.
Fue testigo de varias escaramuzas a mediados del s. XVII por parte de las tropas portuguesas, que ocuparon el castillo en dos ocasiones durante la Guerra de Restauración Portuguesa, llegando a arrasar el pueblo en 1643, cuando contaba con 400 vecinos.
Por haberse utilizado como corrales para las reses bravas que se lidiaban en la plaza que se abre justo delante del castillo, es comúnmente conocido como "El Coso".
En la actualidad pertenece al Ayuntamiento, que tiene intención de crear en su interior un centro cívico.
IGLESIA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN
Edificio de mampostería de origen gótico y construido en el siglo XVI, profusamente encalado. De estructura basilical con planta de tres naves longitudinales, con amplios espacios interiores, y divididas por cinco columnas y siete arcos carpanel rebajados de granito.
Destaca la capilla mayor, bajo un arco apuntado de cantería y bóveda de crucería. El altar mayor está coronado por hornacina con la titular de la Parroquia y pinturas murales de factura moderna, en la que se utilizaron como módelos a jóvenes del pueblo.
La torre, adosada, de clara influencia portuguesa, está realizada en mampostería y esquinas de sillería y rematada en chapitel.
Cuenta con dos accesos, uno hacia la Plaza de España, y otro, el principal, en un extremo de la nave central con portada granítica de arco conopial, conocida como "Puerta del Perdón".
De gran valor, aunque deficiente conservación, es el retablo barroco del Cristo de la Sangre, así como la imagen articulada que en él se venera, posiblemente del s. XIV. Existen varias capillas laterales, destacando la que recoge el patrón de la localidad, el Señor de los Afligidos, imagen de Cristo con la cruz sobre el hombro derecho muy expresiva de autor anónimo de la escuela sevillana del s. XVII y de gran devoción entre los vecinos.
Fuente: Guía Turística de Higuera de Vargas. Ven y Descúbrela.
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